domingo, 30 de julio de 2017
VI
La vaciedad del infante tiempo
antes de tu luz
chocaba con la casa
golpeaba las paredes
las lejanas puertas.
El camino
apenas cerca
extendía sus aleros a mi playa.
¿Cómo coordinar los movimientos
para alcanzar la distante orilla?
Era yo un diminuto pájaro de piedra
silente y ciego a otras latitudes
Un crustáceo hecho de cemento
perdido en el silencio del mar y de la roca.
¡Sálvame, pálpame!
Allí te he avizorado
En la nada
en el monólogo del viento
en la ingravidez del día
en la raíz del todo originario
en el principio del lenguaje
y en la voz del río
de la noche
de la luna
y de los campos
que se izaron en mi oído.
Aniquirona
La plenitud ligera de mis alas
luego de tu luz
voló madura hacia tu bosque.
Del libro La dulce Aniquirona de Winston Morales Chavarro -Colombia-
Publicado en Editorial Alebrijes
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