miércoles, 31 de mayo de 2017
SUEÑO
Mi sueño era dominar el mundo, no una ciudad, ni un país, ni un continente, no, yo quería el mundo
entero... Eso para empezar. Una vez conseguido, iría a por la galaxia. Ah, sí, ese era mi gran sueño.
Ya de niño, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, mi respuesta acudía rauda a mis labios:
-¡Científico loco! ¡Quiero ser científico loco y dominar el mundo!
Por supuesto, tal declaración en un niño de siete años inspiraba ternura y provocaba risas.
Al llegar a los 17 y dar la misma respuesta, las reacciones se volvieron menos amables. Pero me daban igual tanto las sonrisas divertidas como las caras de incredulidad, mi sueño, mi vocación, mi ilusión era ser científico loco y en ello puse todo mi empeño.
Y estuve cerca, tan cerca...
Lo tenía todo preparado, mis esbirros entrenados, mi arma secreta lista, mi plan a punto... Fue entonces cuando apareció mi némesis y envió todo al garete.
Antes de que pudiera darme cuenta había acabado con mis planes y con mis sueños.
Caí en su trampa, de lleno, sin sospechar, sin desconfiar, tan seguro estaba de mí mismo. Cuando me
quise dar cuenta ya me había atrapado.
Y aquí estoy ahora. Un don nadie.
Uno más en la cadena de la vida. Sin destacar en nada, gris entre grises.
Todo porque me enamoré de mi némesis. me casé con ella y, en lugar de convertirme en el amo y señor del mundo, me transformé en contable y padre de familia.
¡Así son las tristes vueltas que da la vida!
Dolo Espinosa —seud.— (España)
Publicado en la revista digital Minatura 155
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