viernes, 26 de mayo de 2017
ACABA DE PASAR EL VERANO...
Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra.
Gabriela Mistral
Acaba de pasar el verano más caluroso del mundo. En Australia, los arrecifes de coral de la Gran Barrera de Queensland han muerto y ahora son sólo una mezcla de grava y arena. Es El Niño –y la tala de los bosques– el responsable de esta mortandad, que afecta a las comunidades costeras desde América Central hasta China. Lo sabe Chai Erquan, agricultor y pastor de 65 años, que aún recuerda cómo llovía cuando él era un niño en su natal provincia de Ganzu. Hoy, las tormentas de arena por la desertificación apenas le dejan abrir los ojos al evocar con nostalgia el sabor cristalino del agua, las gotas precipitándose con fuerza sobre el riachuelo que corría junto a su casa.
También en Malí la sequía se expande por los suelos agrietados, y las cosechas de maíz se desploman como los animales en medio de esta emergencia global, llamada eufemísticamente "cambio climático". Dice el ganadero Goudo Mori, miembro de la minoría peu, que las barcas de los lagos están ancladas en seco. Acepta posar ante las cámaras junto a su hijo de seis años y los restos consumidos de una de sus vacas. Ella mira al lente con los ojos abiertos, como suelen morir los animales.
Irene Selser -Argentina-
Publicado en Periódico de poesía 97
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