Se cierne sobre tu luz
la impasible guadaña,
restañan las campanas
tiembla hasta la cruz,
y tú,
inocente paloma,
desoyes los cantos
de tristes llantos
que la brisa retoma,
y tú,
en tus altos vuelos
hacia las estrellas,
esas libres doncellas,
de oros en los cielos,
tú,
aura de sonriente paz,
en constante amenaza
de tormentas que abraza,
bajo la única verdad;
tú, ...eres un pétalo
a los vientos del amanecer,
mecido entre rosas
y los hielos del anochecer,
impávida mirada.
Angel L. Alonso
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