domingo, 2 de abril de 2017
PARLOTEABA SIN PARAR
Un hombre vestido en defectos,
que parloteaba sin parar.
Hizo morir todo silencio,
al no verse nunca descansar.
Orejas suicidio vieron,
por no soportar su taladrar.
Incluso ojos sucumbieron,
para eludir su gesticular.
Su lengua iba sin sobrepeso,
por tanto músculo ejercitar.
En mandíbula que al viento,
le daba caña sin respirar.
Dialoga incluso en su adentro,
al quererse tanto escuchar.
Pues él sólo hace cientos
de labios, en un recital.
Un hombre vestido de defectos,
asesino cualquier paz.
Pues si bebe, se oye lejos,
y si no, no se logra alcanzar.
Era un hombre de parloteo,
verborrea para no escuchar.
Pues mata a los muertos,
y el vivo, le quiere matar.
Será hombre en un cementerio,
con la sacrosanta soledad.
Pues vecinos en sueño,
se fueron por no oírle, más.
¡Qué pesado charlatán!
Ricardo Campos Urbaneja.
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