lunes, 3 de abril de 2017
EN LA ESQUINA
Es el menester más viejo
que cuentan nuestros anales,
pues, en tiempos de vestales,
ya manejaban sus tejos.
Oficio duro y sufrido
y tierno donde los haya,
en clientela canalla
su trabajo es repartido,
porque va dejando amor
por un pago miserable
y sirviendo a indeseables
que le reportan dolor.
Muchas son desheredadas,
malditas de la fortuna
y empujadas por la hambruna
a una vida desgraciada.
Hoy la mujer de la vida
-de vida fácil se dice tiene
que echarle narices
para ser reconocida.
Piden se les reconozcan
derechos que otros tenemos
y que no las despreciemos
tratándolas como moscas.
Sesudos gobernadores,
id desechando el cinismo,
que quizás a ustedes mismos
pudieron calmar “ardores”.
Por tal se les considere
y se les trate con tino,
que, si erraron el camino,
ante todo son mujeres.
Urbano Parrilla (Castilblanco de los Arroyos, Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 32
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