miércoles, 5 de abril de 2017
DOS LÁGRIMAS.
Te acercas sigilosa, como un gato a mi espalda
y poniendo tu mano en mi hombro, me preguntas
¿escribes? Bueno... Intento hacer unos versos.
Acaricias mi pelo y dices que tengo facilidad para ello
y mimoso, te recito
te hago creer que es de no sé quien,
que se escribió hace algún tiempo.
...Un poema es,
como una rosa que alguien dejó olvidada
tras las dunas de un árido desierto.
Un poema es,
como las gotas de lluvia
que nunca invierten su eterno descenso.
Un poema es,
como una ráfaga de viento
que cualquier atardecer se pierde entre tu pelo,
una cálida brisa lo acompaña hasta tu lecho
y, con un leve susurro te declara su tormento,
después se posa en tus labios
como el más dulce de los besos,
y te roba el corazón, y te roba la mirada
porque es un hábil ladrón en horas de madrugada.
Me miras con ojos de luna llena
y lentamente descienden, dos lágrimas
siguiendo el vuelo de una ninfa
en las dunas de tu cara.
Del libro Donde duermen las palabras de Joaquín Marías Corbalán Corbalán
Publicado en Acantilados de papel
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