DESPEDIDA

Reposa el aire, detrás de un beso,
se ralentizan inquietos los pensamientos
mitad cariño... pecado el resto
pero, te quiero... con ese impuesto.

Cuando te desprendes de tu ropa
y la luz se debate entre las sombras
si gana el amor al morir en la alcoba
porque hoy no quiero que duermas sola.

Las horas pasan, si no me llamas
entre los delirios que me acompañan,
el día, cruel... no se transforma
ni las manecillas avanzan.

Me he desplegado por el tintero,
mi deseo, emborrona mis cuadernos,
mis lágrimas acusan el recreo
y en mi espera... desespero.

Solo veo mis prendas desgarradas
llenando tu vacío en mi morada
en el mismo lugar que ocupabas
gritando descontrolada.

Nada queda... nada ocurre
donde las palabras, ya no discurren
calladas tras las nubes
de tormentas desatadas...

Si hoy no vienes... quizá mañana
encuentres... ya desangrada
la libreta de mis apuntes,
una pluma... y una daga.

‎Luis Maria Saiz Laso‎