NUESTRO AMOR EN MANOS DE DIOS

Como dos pequeños niños
indefensos estamos los dos,
pero en las manos de Dios
contigo el cielo escudriño,
descubriendo con cariño
que en todo lo terrenal,
no hay otro poder igual
que proteja nuestro amor,
solo Dios nuestro señor
nos libra de todo mal.
Como ave de rapiña
nos ronda la "tentación",
a diario la seducción
en la ciudad o campiña,
al más débil encariña
con disfraz de vanidad,
dinero y sensualidad
con destino al sufrimiento,
la soledad y lamento
resulta ser la realidad.
Aunque el futuro sea incierto
y el cielo se torne gris,
hay que tratar de feliz
entre tanto desconcierto,
con el corazón abierto
a Dios pide dirección,
para que su bendición
inunde tu vida entera,
en sus manos no cualquiera
romperá tu relación.

Refu Alatorre.