HAY QUE VIVIR COMO SI LO FUERAN A PROHIBIR
El tiempo es bruma
deshecha
en noche estrellada.
La luz amarilla
de una linterna de lata
conforta,
como el agua
tras la última bocanada
a un cigarrillo negro
que quema
aire,
que anula
tiempo,
que envuelve
el recuerdo
de la ansiada boca
del deseado cuerpo
que se deshizo
en la prisa…
Y todo fue
soledad,
proyecto,
en definitiva:
nada.
“Hay que vivir
como si lo fuesen
a prohibir”
Cayetana sonríe,
se despide
y me deja
en medio de una noche
en medio de un patio
abierto
a nuevos sueños
a nuevas ilusiones
a nuevas charadas.
Raúl Sánchez Alegría
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