Lentamente el amor se apaga,
bajo la mirada inerte de las sombras que gritan,
en los ecos del olvido
y en las voces del silencio hacen nido.
Los hombres que aman con silencios,
en las sombras de los egos y los mitos,
logran romper los corazones de las almas y los amores de una vida plena y sin ritos.
Ruedan sin fin las lágrimas del alma,
que inundarán los lagos de la calma,
que bañarán las rocas de los montes, y se quedarán inertes,
en los corazones rotos de las gente.
Lentamente el amor se apaga,
en las horas fijas del reloj de arena,
y en los valles rotos de una cruz sin lema.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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