jueves, 5 de enero de 2017
UNA CARTA SIN NOMBRE
Amo lo incierto de la muerte,
a ese deseo inexplicable
de abrazarme a sus heraldos que se asoman en mis ojos,
dejar mis sueños en algún rincón sin recuerdos,
también aquellos instantes vividos, en esos olvidos
que me permitan alejarme
de la vida que hoy me ahoga.
No quiero aferrarme al viento, tampoco al vuelo de las aves que renacen de la muerte.
Sólo quiero caminar senderos sin destellos luminosos, trochas vestidas con rastreras serpientes que engullan mis últimos vestigios vivos.
Quiero dejar en tus ojos palabras sin esperanzas, palabras que nacen en este enero que me trajo la vida y también la muerte. Maldigo cada hora que pasa, cada minuto que me trae la noche, cada sueño donde estás presente.
Y al despertar a mitad de la madrugada lejos del mundo tuyo, empiezo amar lo incierto de la muerte.
Felipe Sánchez Gonzáles -Perú-
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