Escribir otra vez.
Como si fuera fácil,
como si fuera un placer, un viaje,
inocente viaje en torno al día
que sacude las sienes, puebla la sangre
de otras sangres y deja un río abierto
en el corazón de la mañana.
Escribir y esperar mientras el poema clama,
mientras una tormenta se levanta de cada línea.
Escribir y todas las voces se alzan entre cenizas
cuando entre las palabras, surgen fogatas
de incansable amor, de siempreviva espera.
Escribir y que la mano quede sedienta,
sobre papeles que no dejan de arder.
Escribir para que el tiempo no se deshoje,
no ceda al dolor ni al desespero.
Escribir y que el poema alumbre.
Patricia Coto -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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