Ellos me ignoran.
Con prepotencia de cielo crean su propia ruta
en la perturbadora inmensidad.
Tendida
en el último aliento
de la tarde la quietud en derredor
conmueve.
Sólo en lo alto
juglaría en movimiento.
Majestad de planeos
vuelos rasantes
arabescos en círculo
provocan el candil de la primera estrella.
Se transparentan de altura
de espacio abierto
de libertad
en desbandado vuelo.
Adormecida
la luz
veo
mi limitado cielo urbano.
Precario transitar
por mínimos espacios.
Cruzo
el brillo de la hierba
el aire verde
una luna temprana.
Y en el crepúsculo de nácar
a sus alas me entrego.
A sus ingrávidas alas
bañadas de infinito.
María Beatriz Bolsi -Argentina-
Publicado en Estrellas poéticas 59
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