jueves, 1 de diciembre de 2016

EL AVISO


Cada tanto algo resuena dentro de mí y me alerta. Así las cosas, recibido el aviso pero no la receta,  me  armo  con  lo  necesario  y  salgo  a  buscar  algunos  ingredientes  que,  me  parece, todos juntos o tal vez por separado, en algún momento se convertirán en un manjar o en un pantano para los otros. Mientras camino, presumo que los ingredientes se encuentran muy cerca. Lo indispensable para ayudar a construir el relato se halla bien al alcance de la mano, una verdadera ganga para  quien  decida  aprovecharla sin  levantar  la  perdiz,  diría  en  voz  baja  si  alguien  me  preguntara al respecto. Sólo es cuestión de recorrer las calles y esquivar los vehículos, observar  lo  que  pasa  afuera,  arrancar  la  tapa  de  alguna alcantarilla  y  meterse  por  el  agujero, adentrarse en las zonas oscuras y así conseguir instaurar el matete en la cabeza. Cada percepción  irá  a  parar  al  lugar  que  le  corresponde  y  al  sentarme  a  escribir  procuraré  que  la mescolanza se cocine de la mejor manera y al final, si es que existe un final para este asunto, estaré contento de haberlo intentado una vez más, con el ánimo dispuesto a salir a bus-car algunos nuevos ingredientes, cuando llegue la hora y no quede otro remedio que insistir en tratar de encontrar alguna posibilidad que me permita volver a fracasar.

Mario Capasso
Publicado en Estrellas poéticas 59

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