Te vi, concentrado en lo cotidiano,
manera imposible de encontrarte,
te vi, aunque ni me miraste.
Sentí tu mirada cansada.
Te vi con el corazón y el alma,
calmado y rodeado de las cicatrices de tu vida.
Te vi, no lo creía, eras tú,
no te confundiría ni entre miles,
ni en otras vidas, eras tú.
Te vi y me percaté que no sentí el frío sudor
en la espina dorsal,
ni provocaste el acelerado latir de mi corazón.
Te vi, en mis sueños eras tú,
me sentí diferente.,
Sentí que eras el mismo
y algo en mi había cambiado.
MERCEDES GIL -Venezuela-
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