Este niño tiene sueño
pero no puede dormir
cuenta en voz alta los cadáveres
uno, dos, tres.... cuatro mil.
Duerme, pequeño,
aún tienes tiempo,
duerme, te digo...
Se acercan
con los corazones repletos de larvas
las conciencias sucias,
podridas.
Entran a saco,
para esparcir los cuerpos,
para esparcir los huesos,
para esparcir la vida.
Es una noche sin piedad ni farolas,
una noche que no tiene prisa,
otra noche que no termina.
Duerme pequeño,
duerme, te digo,
con los ojos cerrados
y de luto vestido
creerán que estás muerto
y sólo a mí, pasarán a cuchillo.
Duerme, pequeño,
duerme, te exijo.
Hazte el eterno dormido.
Silvia Delgado Fuentes (España)
Publicado en Los puños de la paloma
No hay comentarios:
Publicar un comentario