El camino ha sido largo y difícil
que a estas alturas de la vida
ya no me asustan las distancias
ni le temo a la soledad.
Tuve que aprender a caminar
sin una mano,
que me sostuviera,
ni que secara mis lágrimas.
Fueron tantos sinsabores,
muy amargas decepciones las,
que en el camino encontré ,
que aprendí a caminar sola.
Más lo que nunca aprendí ,
fue a desconfiar de la gente ,
a pesar de lo vivido,
aún conservo la fe.
De que aún hay almas sinceras
qué tienen sentimientos reales y
que no todo mentira es......
Olga Saldaña -México-
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