viernes, 25 de noviembre de 2016
HAIKU
Ventea la brisa
Polvo de estrellas
Silencio en ocaso
Extravío de huellas
Madrugada eterna
Ni flores ni canto
El sol avanza
Devorando la tarde
La noche espera
Pluma de colibrí
Lluvia colorida
Sutil poema
Undosos ríos
Traspasan las praderas
La primavera
Aroma pasó
En desiertos parajes
Ecos en dunas son
Mariposas por doquier
Jardines encendidos
Sol de atardecer
Los pájaros regresan
Cierra el día
Suenan ecos
Noche inmensa
Agua fecunda
Tierra fértil
Llanto de pájaros
Larga espera
El tiempo es faro
Oscuro torrente
Espejo en verano
Llega el torrente
Cantares nocturnos
Como nubes son
Surcando cielos
Rosales rojos
Resaltan en prados
Entre las flores
Mar en remolinos
Abismal silencio
Extravío nocturno
Danza hacia el mar
Tu cristalino espejo
Oh mi río
Huyen en desbandadas
En centelleo fugaz
Todas las aves
Sin presentir el alba
El juego de luces
Estremece el alma
Su pecho de zafiro
Entre los rosales
Aletea raudo el colibrí
Abriendo sus alas
El poeta escribe
Su lenguaje al aire
Son tus pasos ecos
Sobre las losas
Igual a la lluvia
Como hojas al viento
Sobre arenas blancas
El invierno llega
Oleadas extraviadas
En noches mustias
Ecos del silencio
Abismo y desierto
Agua en descanso
Espejo y canto
Peces y toninas
Traes en tu vientre
Juego de luces
Ecos en praderas
Latidos del sol
Rasga la brisa
Al lecho de espumas
Remueves oh río
Plantas y nidos
Desgastados escollos
Colorido tornasol
Luna llena
Estrella etérea
Infinito azul
Alba estremecida
Disfrutar aromas
Quiero perdure
En cada mañana
Intangible paraíso
Infinito jardín
Flores y aves son
Inevitable espera
Noches insomnes
El silencio escapa
Roca impávida
En mitad del río
El sello eres
Candentes horas
Noches de borrascas
Inexorable tiempo
Bajo la cascada
Polvo de oro miro
Tesoro escondido
Infinito jardín
Lluvia salpica
Cantos de aves
Nostalgia me gana
Noches insomnes
Llanuras inmensas
Tañidos de campanas
En laberínticas sombras
Quiebran tristezas
Versos en piel
Vitral corpóreo
Describen poemas
Horizontes y silencios
Nubes de polvo
Mar de olvido
Ocaso visto
Mil rosas de piedra
En praderas ocres
Vete soledad
Florece primavera
Campos floridos
Brilla el alba
Huyen sombras al sol
Se esconden ellas
Arena pasó
En desiertos parajes
Ecos en dunas son
Espejo sin reflejos
Inevitable espera
Noches silentes
Lluvia bendita
Humedeces sentidos
Agua fecunda
Jazmines blancos
En cristales azules si
Brillantes rocas
Aposentada en río
Piedrecilla blanca
Brilla toda ella
Evocaciones idas
En noches insomnes
Envejece el tiempo
Horizonte infinito
Joya amada
En lontananza es
En praderas ocres
Florece primavera
Vete soledad
Espejo al viento
Sobre arenas blancas
Amor ardiente
Caballo al galope
Saltó fuerte
En verdes prados
Árboles caídos
Astillados, truncos
Explosivo ruido
AMARILIS SIU RIVAS -Venezuela-
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