Se nos murió el amor una mañana,
sin saber bien, por qué nos sucedía
y fue tu sabia excusa que ayudara,
para decirnos: "adiós", sin despedidas.
Se terminó el amor que no sentimos,
después de mil engaños y mentiras.
Así blanqueamos lo que nunca fuera,
siguiendo cada cual su propia vida.
Se me murió el amor, que no te tuve.
Se te murió el amor, que no tenías.
Pero ningún dolor golpea nuestras almas,
pues las distancias sin amor nada varía.
Audroc -Argentina-
Publicado en Estrellas poéticas 61
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