No comerá en la mesa de los dioses
ni lucirá el collar de algún rito.
Bajo su diaria ramada de chañar
decidirá
luces, sombras, tatuajes
para la lana áspera
que da el desierto.
Sus dedos van a repetir
la danza sigilosa
de siglos de colores
saltando al sol.
Urdimbre. Vertiente.
El telar crece por los ojos.
Hace lo necesario
su esperanza.
BETTINA BALLARINI -Argentina-
Publicado en Gaceta Virtual 117
No hay comentarios:
Publicar un comentario