1- No existe una descripción minuciosa de las circunstancias.
2- No existe la construcción de un personaje, ni individual ni colectivo. Introducir a los personajes violentamente sin morosas descripciones.
3- El truco del escritor de microrrelatos consiste en agregar todas las palabras necesarias y ninguna de las innecesarias.
4- La minificción está rodeada de silencio; no ofrece cabida a digresiones ni circunloquios.
5- No impide la existencia de una voz narrativa, por lo general omnisciente.
6- Tres momentos o puntos de inflexión: el que presenta una situación determinada; el que indica la aparición de un elemento que perturba el orden establecido; y un momento final, ya sea que éste implique una decisión a favor de una de las entidades contrastantes, o bien una neutralización de los opuestos.
7- Su entrada o comienzo: se prefiere del tipo in media res o continuación de algo.
8- Dos posibles finales: un final "de confirmación", un desenlace que mantenga el tono y la coherencia; un final "de ruptura", que no mantenga el tono y la coherencia. Además de finales "cerrados" y "abiertos".
9- La importancia del título como elemento de la construcción; el título orienta a la lectura.
10- El tema de un microrrelato aparece como núcleo nebuloso de significación: una intuición que gira alrededor de una palabra, de una noción o de un personaje.
Conclusión: un título, que se supone significativo y orientador, generalmente in media res; un desarrollo, caracterizado por las nociones de concisión, simplicidad sintáctica y velocidad; y un final, que puede ser conclusivo o abierto.
David Lagmanovich
Publicado en Agitadoras revista cultural
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