martes, 4 de octubre de 2016
VOLAR EN CÍRCULOS
Volar en círculos…
Escribe desde su escritorio, en el sótano del pequeño chalet suizo que construyó con los beneficios de El espía que surgió del frío. Cuando Berlín, tras la caída del muro y la estampida de cientos de miles de seres humanos, abandonando el “Socialismo real” para desperdigarse por el capitalismo imperialista y contemplando los atractivos escaparates de los comercios. Ya pasado un tiempo, igual que millones de personas, visitamos Berlín para contemplar el muro caído…
Y meternos en la Check Point Charlie (garita de vigilancia), desde donde recordar muchas cosas y entre ellas, esa famosa novela de El espía que surgió del frío, con lo que unir pasado y presente, recordar y comparar tiempos vividos.
Y ahora… Volar en círculos
Ahora nos llega esta amena e instructiva biografía de le Carré, Volar en círculos, cuyo vuelo tiene un eje central que es esa novela que lo elevó a la fama, así como el importante papel que jugó su estancia en Alemania.
Han transcurrido un respetable número de años siendo fiel lector y seguidor de su obra literaria, comentado sus títulos y recomendando a los posibles lectores los más valiosos, que suman mayoría, deseosos y llenos de interés de poder conocer sus anunciadas memorias.
Ya están aquí, editadas con fecha fija sin fronteras geográficas, siendo Planeta, la que una vez más las publica en España.
Y durante su lectura, me he venido preguntado si su rico variado e interesante contenido, podrá ser acogido con igual perspectiva tanto por los fieles lectores como aquellos nuevos que no vivieron tan largos transcurrir de años.
Y tengo la impresión que este volar de memorias vividas sobre una dura realidad, parece ser estar dirigido en gran parte para los cientos de miles fieles y veteranos lectores.
A los viejos roqueros les será fácil entender estas confesiones, algunas a medias, pero todas interesantes, por existir una especie de acuerdo en todo lo sucedido en el mundo durante estos años de tiempo vivido.
A la vez, es mi caso, el complemento para llenar huecos en el desencanto en que vivo. Pues apenas si queda nada en lo que creer o al menos confiar. ¿Quién domina el mundo?, es la pregunta que plantea Chomsky en un reciente libro de ensayos “Si, por un momento, podemos adoptar la perspectiva del mundo, podríamos preguntar qué criminales se «buscan en el mundo entero»”. Porque en verdad ¿a dónde nos llevan? ¿Dónde está la posibilidad de enfrentarse a esta gran comedia humana que nos trata como les parece ofreciendo un escaparate que oculta la trastienda verdadera? Más bien triste que cantarina.
Sin embargo la claridad de un escritor como John le Carré con millones de seguidores en todo el mundo con sus obras vertidas treinta y seis lenguas, sin ninguna duda logra despertad el interés por los muchos resorte que toca en rica y amena escritura ya que su propia vida es digna historia novelada.
En ella, entre ese mundo de compro y cambio de los espías y los estados, se encuentran capítulos que más bien son relatos. Uno de ellos es el dedicado a Richard Burton al ser elegido para interpretar el papel de Alec Leaman, el agente que debe pasar el Muro en una misión de gran peligro. Y el lector puede quedar prendado de ver como en lugar preferente del teatro donde Burton interpreta el papel de Hamlet, queda embargado por esa voz y magistral interpretación de uno de su más amados clásico.
Y piensa el autor, cómo puede ser posible que desde esas alturas alucinadoras de Hamlet, pueda este grandioso mago de la interpretación descender a aceptar el papel de un agente secreto británico. Pues bajó y lo elevó a la máxima altura interpretativa, con un director como Martin Ritt totalmente volcado en lograr una excelente película en un pulso por la perfección de los tres: John le Carré, Richard Burton y Martin Ritt. Envolventes sus planteamientos.
Sumemos muchos otros personajes reales que desfilan por el pasillo de la memoria de tan exquisito contador de historias reales vividas. Como lo fueron y son Graham Green y Alec Guiness, por ejemplo.
Francisco Vélez Nieto
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