domingo, 9 de octubre de 2016

NOSTALGIA DEL EMIGRANTE


Allá también está Dios, y bandera también hay,
con el postrer adiós mi hermano al partir me dijo:
“El hombre es el mismo ente, pise donde pise:
un ciudadano del mundo, un hombre universal”.

Con egoísmo fatuo nos solemos decir:
“Esta es mi tierra”. ¡Por Dios!, si es de Dios posesión!
De los grandes ejidos de la gran Madre Tierra,
un símbolo acordado, son sólo las banderas…

Y al pisar yo la tierra que próvida sería
 amparo a mis raíces, muy profundo sentí
de Dios la gran presencia; pero ¿no era yo acaso
un sagrario viviente, do Él  estaba presente?

Con un amor extraño, yo esta tierra besé,
mas jirones del alma había dejado atrás:
la rosa trasplantada un diamante exhibió
¡que en el fondo del alma se derritió en pesar!

¡Oh la ironía del hombre peleando por la tierra,
si el hombre andará siempre peregrino por ella!
¡si la tierra es de todos, de todos y de nadie!,
y al final nos iremos y sin llevarnos nada…

Pero a pesar de todo, hoy es veinte de julio,
y la notas de mi himno colombiano escuché,
¡y a pesar de saberme “gaviota universal”,
bajo el cielo infinito, mis lágrimas rodaron!

Poema del libro “Brindis por un poema” de  Leonora Acuña de Marmolejo


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