Fija la distancia,
fija la hoja
como una llama verde
que alumbra el árbol.
A cuántas voces
te encuentras ahora
que la noche
se vuelve
cargando sobre sus hombros
una luna rota.
Mi recuerdo te dibuja
y en el umbral
de la puerta
recuestas tu silencio.
Niño sin respuestas,
pido una boca
para tu sombra que calla,
unas manos
para mis ojos
que te tocan,
mientras afuera,
petrificado en su vuelo
el pájaro,
sostiene en una luz
el tiempo.
Por ti presienten las horas
lo que la nube sueña
dormida en el cascarón del cielo,
por ti me recojo,
atravieso los corredores
de la tierra
y lentos,
sin ruido,
nos hacemos polvo.
ROSY PALÁU -México-
Publicado en La Biblioteca
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