En este lugar sin nadie,
frente a la piedra
que duerme
y no pesa en su vacío,
hay verdades
tan delgadas
que se quiebran
con la noche.
Como el olvido,
pequeña astilla
en llamas,
como la luz
que se sumerge
al terminar el día.
Te presiento.
Con quién sueñas,
desde dónde te alcanzó
el silencio
que tú sombra
es una rama
que se desliza
con el viento.
Abandonado.
Voy en mi espejismo,
barca deslumbrada
por el sonido
de una catarata
y aquí te detengo.
Por tu cicatriz
se desangra el pájaro,
tiembla en mi boca
una palabra quemada.
Cuando te vayas,
escribe por mí
de la isla
en que se quedan
los hombres
hasta descubrir
la nada.
ROSY PALÁU -México-
Publicado en La Biblioteca
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