Poeta de las alturas ignotas de nuestra tierra
Que al encuentro de la muerte con tu vida
siempre fueras
Poeta que en la miseria de las cosas terrenales
Convertías ese mundo en caminos celestiales
Juego al que juegan los grandes...
”Un juego sin contrincantes”
De esa tu mirada oscura nadie captó realidades
Tras tu ausencia, esa mirada,
nos descubrió lo que vales
Lo que tu mensaje brinda,
lo que tus letras confirman...
¡Lacerantes tus momentos de solidario abandono...!
¿Cómo ibas a quejarte del sufrimiento unitario
Cuando en las calles veías el sufrimiento de hermanos?
Vallejo de las alturas, con los Andes vigilando
César Vallejo en la historia, de tu gente mendigando
Un sacerdocio del alma conquistó tu gallardía
Que se sumió en la protesta
hacia una sociedad mezquina París...
y más tarde Rusia, y tu andar por una causa
“ La noble causa del pueblo”
Fueron tu huella profunda, alma de tu poesía...
El poeta te surgía con cada encuentro mundano
Cada noche, en la vigilia, tu palabra nos crecía...
Una Lima acusadora de tu conducta insaciable
a la libertad, que por tu sangre corría
La cárcel fue una almohada de seda para tus sueños
Construir en la injusticia, fue tu pensamiento madre
Y así nació tu palabra, entre barral y humedades
Un sacerdocio del alma conquistó tu gallardía
Y se te metió en las venas aquella sed de conquistas
Venas que vieron correr esa tu sangre mestiza
Vallejo de las alturas, con los Andes vigilando
César Vallejo en la historia, de tu gente mendigando
Cada noche, en la vigilia...tu palabra nos crecía...
María Alicia Gómez de Balbuena
Publicado en Estrellas poéticas 62
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