jueves, 1 de septiembre de 2016
SUCEDE…
Sucede que soy capullo recogido
asomado al abismo de un amor inefable.
Que he doblado con cuidado
el curioso experimento de la mente
en fotograma encadenado.
Misterioso sueño de lirismo.
Prosperidad que mira hacia adelante.
Sucede que soy niña
con manecitas blancas
y flores de vidrio.
Cabeza feliz de poesía.
Tesoro enorme de energía.
Estrella de hoguera inmensa
donde se encuentra cabalmente
la dicha de la sociedad
y del hombre.
Sucede que los pañuelos volantes
son huellas con sabor
que se leen despacio.
Lejanos puntitos que vemos
de irradiación invisible
que parte en todas direcciones.
Sucede y más sucede,
lo que puedo contar.
Veces en las que vagaron sueños
y cayeron...
y volvieron a rebrotar torcidos.
Historia creciente
de un suceder consecuente
en una primera fila
donde el amor nada debe
a este tema abierto.
Después de todo
estoy sentada en una silla.
Ana Maria Lorenzo
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