LA TIERRA QUE DIOS NOS DIO

Vivimos en un mundo, convulso
creado para el amor, donde
sin cesar encuentro, egoísmo,
maldad y rencor. ¡Qué pena!
Cuanta decepción, te miran,
por lo que tienes, no por tu
corazón, solo Dios sabe, si
eres sincero o no, mundo de
embaucadores.
Solo buscan ambición, acumular
cuanto, puedan, lo necesiten o
no, ¿a dónde caminamos Señor?
A veces los beatos de golpe de
pecho, son lo peor.
Tal vez sean la excepción, que
no digo yo que todos, los hay,
buenos y mejor, pero abunda la
falta de caridad, el ansia y,
como no, la falta de amor.
Ilumíanos, Señor, haz que,
en la vida, conducirnos sepamos,
por la senda del amor, enséñanos,
a socorrer al pobre de corazón.

AGUSTÍN RECIO BORREGUERO