Ahora... ¡Silencio!
Prohibido decir una palabra.
Nos separa
el desierto ruido de tus labios,
merecedores
de los más suaves besos que te di.
Quise que fueras
el Hada de mis sueños
y abrir tu pecho con manos temblorosas
para ver tu corazón como la aurora
llegando a lo más hondo de tu alma,
abrazando tus recuerdos,
y contemplando con dulzura y con amor
los caminos aturdidos de la vida,
que me conducen
al precipicio de tus brazos
bañados por rayos de Luna
con hilos de oro y de plata
que te hacen ver
más hermosa que el dìa.
Ysidro Parra -Venezuela-
No hay comentarios:
Publicar un comentario