Envueltos en esferas de silencio,
bajo palios crepusculares,
observan los páramos del porvenir.
El bosque de Perséfone
fue devorado por los termes.
El viaje ha concluido,
ahora pueden anclar las naves
y dejar que las rémoras carcoman
los objetos amados de otra vida.
WILMA BORCHERS (Chile)
Publicado en Los puños de la paloma
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