ASÍ HE DE AMARTE

Te amaré como el viento,
te amaré como el agua,
te amaré como el grito
que al salvaje agazapa,
como el rayo indeleble
cuando el árbol desgaja.
Te amaré como nunca
de otro amor te acordaras.
Como el trueno que estalla
en el túnel del alma,
como el vino en el odre
de la arteria que canta,
como el tiempo del tiempo
que no tiene distancias,
como el pan que se enciende
desde el Cáliz en llamas.
Te amaré con la albura
de la gran esperanza.
Te amaré como el día
con su rosa y su llaga.
Te amaré con la tierra
de la nueva jornada.
Con la mies, con el aire,
con el sol, con la luna,
con la misma armonía
de la chispa que arde.
Te amaré en el conjuro
de un ritual de anulares,
sobre los pentagramas
de los cantos rituales.
Te amaré con la albura
que en  los templos consagran
a los íconos ciegos,
a los íconos sordos,
a los íconos mudos
que el amor les reclaman.
Te amaré como el ciervo
de la cumbre, que brama,
Te amaré en las alturas
del cielo y sus metáforas.
Te amaré en las angustias
del topacio en las ramas.
Te amaré cuando lleguen
con su ojera agrisada,
los rituales de nubes
que entumecen las alas.
Te amaré cuando en lilas
los crepúsculos ardan
horizontes de tardes
con reflejos que traigan
tu memoria con salvas.
Te hablaré como nunca
del Amor te han hablado:
como el mar con la orilla
que eternizan abrazos.
Te amaré con las noches
de las manos tomadas.
Te amaré como el cirio
que se enciende en las Pascuas.
Te amaré como al agua,
te amaré como el aire,
como el pan que se eleva
y el racimo que estalla
en los ritos del alma.
Te amaré en el espíritu
con visión de sandalias
y del Monte sagrado
de bienaventuranzas
cargado de nostalgias.
Te amaré en esta vida
o en la que Dios nos traiga.

AUDROC (Argentina)
Publicado en Estrellas poéticas 62