En cansino rodar veo un Carruaje pasar.
¿Y si lleva en su interior alhajas de mi amor?
Cochero cochero, ¡pare cochero! Cochero cochero,
¡pare cochero! Chirría el eje aprieta el freno – Está
bueno. ¿Arrebataría legañas a tu alegría? ¡Ved,
al través de tules y velos, ojos sabios, dulces,
¡esplendiendo serenos! Subieron a bordo, atrás
de los Cárpatos, donde Vos, no amarías.
Los pies que hasta esos riscos suben, se esfuerzan
exhaustos por salvar sus vidas.
Allá, la tierra despide humos de sangre, gemidos y
estremecimientos.
Del libro En las cartas que leía la bruja de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO -Colombia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario