viernes, 2 de septiembre de 2016

AQUELLA TARDE


Aquella tarde callada y luminosa
llegaste a mí
con la fragancia y la tibieza
del paisaje de tu cuerpo.
fijé mi mirada en la tierra
profunda y serena de tu pecho
y me extasié
en los frutos cosechados por el tiempo,
donde tu gracia es un recuerdo
abrigada por el sol de mi memoria,
donde despierta el corazón
y se envuelve la paz
que con misterio tiembla
en el camino sosegado y dulce
que lleno de flores
me trae el aroma que despides.
Miré el rosa de tus labios
y viendo el infinito de tu boca
contemplé la sombra pasajera de tus ojos
buscando en tu rostro celestial
la llama que da vida a mi existir.

Ysidro Parra -Venezuela-

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