Ya no importa
si la luz entra por la ventana.
Si los días acaban siendo
más perezosos o si la voz
golpea las ventanas.
Ya no importa si el veneno
asola la mente y la convierte
en pasto de los bordes
del epílogo.
Ya clarea los cielos.
Se muestran intensos
como esferas en la noche.
Como miedos dormidos
en el colchón.
Y lento cae sin importar
la desvergüenza o la pulcritud
de manchar los sonidos.
Isabel Rezmo -Úbeda-
No hay comentarios:
Publicar un comentario