lunes, 29 de agosto de 2016
EL PATIO DE MI INFANCIA
No pudo haber sido un encuentro equivocado
como tampoco provocado
tal vez un encuentro milagro
Ella podría haber venido de su agua de pantano y ciénaga,
yo de mis árboles de mango y guayaba
O tal vez habría venido de un mundo inimaginable para mí
como inimaginable pudo haber sido el mío para ella.
Y en un tercer mundo, quieto y suspendido,
estábamos los dos,
un par de monstruos extraños,
compartiendo el sentimiento mutuo
del asombro.
Ahora me pregunto cómo a qué….?
le habrán parecido mi rostro, mis brazos, mis piernas….
en fin mi presencia humana.
Cuando a mi sus ojos amarillos,
sus garras aterradoras y
su cresta medio desbaratada;
hacían figurarme todos los animales del paraíso,
el de la biblia de mi casa, a la vez.
Después supe que se llamaba iguana,
a otras parecidas era así como se les llamaba…
Y mucho después en mis clases de biología,
llegué a la conclusión
de que aquel pequeño y apagado dragón
de la cita de mi infancia,
era un ser venido de otro mundo.
Tal vez un naufrago dela arca de un Noé prehistórico
y hubiera venido a dar con nosotros
en un mundo en el que ni siquiera
los lagartos se acomodan.
LINA MARÍA GÓMEZ
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