Despierta los ojos a un rayo
que desata la percepción.
Vivir es un bostezo al aire.
Un cúmulo de horas
navegando por el lado
opuesto de las esquinas.
Frente a frente.
En el telón asoma
la palabra, llama abrir
mi cuerpo.
Llave que aguarda
la tempestad.
Aquella deslucida
por los años pasados
en una botella.
En un rincón,
la despensa vacía,
el beso esperando
ser rescatado,
nuestra codicia despeinada.
Yo no sé de vicios.
Sólo aquellos que me ocasionan
el apetito.
Aquello que se queda
en una botella.
Deslucida.
En un rincón.
La despensa sigue vacía,
y no sabemos dónde,
dónde quedará expuesta,
dónde quedará maldita.
Insistiendo como los acertijos
que imperan sonando
una y otra vez.
sin saber adónde ir.
ISABEL REZMO -Úbeda-
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