A Medellín.
Esta ciudad herida
me atenaza hasta el tuétano.
Los fantasmas de muerte
le rondan cada esquina.
Su corazón de púrpura
se desangra en las noches.
Esta ciudad, que antaño,
me acogió en sus entrañas,
que derramaba aroma de café
sobre mi piel ansiosa,
que vertía un anís lujurioso
en mis pezones,
ahora huele a pólvora y a sangre.
Se me antoja un vampiro,
que en las noches
me succiona los sueños.
Jenny Londoño López -Ecuador-
Publicado en La Biblioteca
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