viernes, 1 de julio de 2016
TUS TACONES
En la vigilia y el sueño
he perseguido las huellas de tus ligeros tacones.
Firmes, cautos, graves, presurosos…
Por calles anchas y angostas,
por lugares conocidos o remotos,
por la vía muerta de un atajo en desuso,
en un templo, una estación, un bosque,
en las aulas abarrotadas de las universidades…
Próximos, lejanos,
siempre divergentes de mi ignorado destino,
en tardes perfumadas, en madrugadas desiertas,
en inviernos, en otoños,
más allá de la lógica
que el hombre les concede a los calendarios…
Como un perro de caza,
cuya lengua se ha cerrado a las quejas y a los ladridos,
he sido fiel a un aroma que, profusamente,
quedaba como un sello confirmando la vida.
Pero tú…
¿Qué es lo que ha sido de ti?
Un día, si otra pretensión que desgastarme en tus pasos,
tropecé con tus ligeros tacones.
Sostenían la amargura de unos zapatos vacíos
que andaban por el mundo sin referencia.
Del libro Azumbres de la noche de Mariano Estrada
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