sábado, 2 de julio de 2016
RÍO INDOLENTE
(A Francisco Zavaleta, el maestro
que perdió su caserío en el Marañón)
¡Ay, cómo se lleva el río!
¡Cómo se lleva el río
a mi natal caserío!
¡Ay río, río en creciente!
Río que no siente,
caudal de agua indolente.
Erosionando al suelo,
minando desde sus entrañas
y sin ningún recelo.
¡Cómo se lleva el río
al suelo mío
donde he nacido!
La ribera y la isla,
viejas chozas y restingas
en la nada, ya están perdidas.
La tierra que va cayendo,
el agua que va arrastrando
ante mis ojos que están llorando.
Bloque tras bloque, río Marañón,
golpe tras golpe sin compasión,
hunde al caserío y se muere mi corazón.
Así recoge el río
la tierra que él mismo ha traído
desde confines andinos.
y así, da y quita,
lo que a unos mezquina,
a otros habilita.
Mas ese río imponente
es quien engendra la simiente
en los bajiales del oriente.
Si un trozo de arcilla se lleva,
vida en el limo y la arena
en otros pies de tierra deja.
Y después llegarán alegrías
cuando al volver nuevas siembras
cicatricen las heridas...
Armando Rebatta Parra -Perú-
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