¡Qué locura inventarte!
A esta hora,
a esta altura, después
de tantos veranos en desuso.
Venís
a invadir mis rincones
con sonrisas blancas.
Algún bufido envenenado,
que sueltas al alba
cuando extrañas los susurros
que te regalé.
Mi dominio es incierto
tras el halo de tu perfume.
Regalo, regalo
mi reino
por una
caricia tuya.
Jimena Antoniello Ligüera -Uruguay-
Publicado en suplemento de Realidades y Ficciones 69
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