domingo, 3 de julio de 2016
LO QUE SIENTO POR TI...
Si hojeo las páginas de mi libro existencial, en su pasado reciente... observo que casi todas las parcelas de mi vida tienen algo que ver contigo...Y no me refiero solo a la ansiedad de esperarte y al aleluya de poder encontrarte... a la honda tristeza de creer perderte y al desahogo profundo de reencontrarte...
¿Me puedes sentir aún? No solo en compartir mis latidos acompasados a la par de los tuyos, me refiero a que de pronto un nudo en la garganta me impida emitir palabra alguna, a que de pronto un aguacero empañe mis ojos tristes y apagados... para descomprimir la angustia contenida...
Así... en el anhelo encendido e ilusorio de recuperarte... podré quizás disfrutar de un amanecer que se llena de pájaros... día tras día... consolidando nuestras complicidades para que yo pueda convencerme en este exilio de mi sangre en duelo, que podemos convertir los reveses y desencuentros en victorias... sin desesperarnos... ofrendándome el tierno regalo de tu dulce compañía...
Repasando las parcelas de mi vida, me sacuden tus recuerdos... vivos... aún en carne viva... porque a veces nos sentimos niños, a veces con o sin versos, reviví y rearmé mi adolescencia desandando caminos nuevos y recreando viejos recelos contigo... Mi páramo, contigo se regó con tu germen de pureza, de alegría, de pudor de mujer... de un alma incontaminada de la basura que nos rodea... y que nos corrompe...
Quiero decirte también que sentí sacudir tu juventud, que tomé de tu cántaro como nunca nadie lo hizo y pude moldearte como fresca arcilla... que mi sombra se arrimó a tu sombra, que desperté tu sensualidad dormida... que me envolvió tu halo de mujer enamorada... que te estremeciste con mis escritos que hiciste tuyos, alojándolos en tu alma y en tu corazón...
¿Mi otoño reverdecerá en tu primavera? ¿Mis hojas secas caerán para nutrirse con tus retoños y abrazar mi madurez?. ¿Las corazas impuestas, los armazones... caerán? Con esa mezcla de estupor y experiencia, de sentir calor y frío... de angustia y expectativa por forjar ese encuentro prometido y tan deseado... aunque postergado.
He sentido que nuestras luces nos iluminaron cuando creíamos estar a la vera de un precipicio, sin precisar la gravedad, la proximidad de la estrecha brecha que divide la vida de la muerte... Construimos un puente que acortó la distancia de nuestra lejanía... que endulzó el agrio sabor de nuestras noches solitarias...
Con estas palabras que me brotan quiero decirte lo que significas para mí... que no eres solamente una mujer que quiero, porque tal vez, sin saberlo y sin buscarlo o esperarlo, descubrimos (dirás tal vez, que ya era tiempo y con razón...) que el Amor es complejo, se goza y se sufre... nos une y aunque parezca contradictorio... también nos separa... mas allá de tiempos y distancias...
El Amor es un puerto lindo y generoso, que nos ilumina o nos oscurece según como nos atraviese la vida... no siempre los planetas están alineados... a veces llegamos a destiempo... nos desencontramos... por causas propias o ajenas... nos descuidamos en la creencia de sentir seguridad por el otro... cuando la relación se construye día a día...
El Amor es como una linda y generosa bahía... donde los barcos van y vienen... llegan y se van... Algunas tormentas arreciaron en nuestro camino. Y ahora estoy en una tensa espera... en la calma que precede a la tempestad... haciéndome ilusiones, con la esperanza de que... TÚ... aún... me puedes sentir...
Jorge Daniel Pérez -Argentina-
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