Hay nombres con carisma, sonorosos
nombres que éxito sugieren, de luz llenos,
Mas si el tuyo adolece de esta suerte,
resonantes, misteriosos, inquietantes,
de abiertas puertas y gloriosas sendas.
no importa, si al fin y al cabo,
el hombre a su nombre da medida.
¡No importa!, si de la llave secreta eres el dueño,
la llave aquesta, la que abre el corazón,
la que tu YO conoce, la “maestra”;
con ella, al fondo de tu ser penetra,
y con esforzada tesitura, con nobleza y altura,
con el cincel más fino, tu diamante pule,
y con honda emoción, cual un crisógrafo,
en acendrado oro las letras de tu nombre escribe:
y ya orgulloso, ¡ponlo a brillar allá entre las estrellas!
Del libro “Del crepúsculo a la alborada” de Leonora Acuña de Marmolejo
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