El rumor natural y simplificado,
permaneciendo excelso,
se hace música.
La caricia prolongada del viento,
entre las hojas,
se hace música.
Yo canto, y mi guitara,
es Muchacha Americana,
atisbando en Londres,
desafiando los peligros.
En las noches, encerrada en el cuarto
del Hotel, mi guitarra llora triste.
Eso no ha de saberlo el Público,
frente a ellos, es la fuente de un jardín,
bajo cuyo rocío todos sueñan,
es la música.
Del libro TROCITOS DE ELLA EN MÍ de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO -Colombia-
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