Con el Cielo nocturno,
¡¡Tinta del alma!!
y mucha esperanza,
te escribo está carta,
no recuerdo si fue ayer,
cuando entre sollozos,
te empecé a querer,
sortilegio de amor,
preludio de un corazón,
que al término de sus días,
pide una oportunidad,
con el sentimiento encontrado,
sobrellevando mi gran pena,
estoy en busca del abrigo,
la pasión que quema y da vida,
una migaja de cariño tuyo,
los besos que un día fueron míos,
las caricias del anochecer,
y un te quiero,
en cada amanecer.
Edwin Cruz Villegas -Costa Rica-
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