Surjo entre los espejos
de la noche más macabra.
Vuelo entre las tinieblas
entre fantasmas y condenados.
Mi cuerpo no tiene alma
Yo la vendí un día desesperado.
Me pierdo en el tiempo
Divago en inconsciencia.
No encuentro la luz
de aquel amor que me ha dejado.
Soy un alma en pena
que levita en este infierno.
Todo lo he perdido.
Todo me lo has quitado.
Hoy me encuentro en esta cárcel.
Dicen que yo te he matado.
No hay nada en mis recuerdos.
Sólo un rostro, un rostro de mi pasado.
Unos dicen que me temen.
Otros que ya fui imputado.
Y yo vivo entre barrotes.
Barrotes de condenado.
Si yo tanto te amaba,
¿cómo pude haberte matado?
¿Qué es lo que me está pasando?
Señor si ella murió,
sólo quiero estar a su lado.
Rigoberto Villasmil -Venezuela-
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