jueves, 2 de junio de 2016

TOREO DE CAPA


La tarde se vistió con rayos de oro
y en el ruedo tostábase la arena,
el diestro fue enhebrando la faena
hasta hilvanar entre el capote al toro.
El bicho rebosante de acaloro,
de sesgo y "cuernogacho" entra en escena,
ignorando el suplicio en su condena
y por qué hubo en su vida tanto ajoro. *
Cambia el maestro, al pase por derecha
y la fiera se arranca abriendo brecha
hasta barrer el polvo del engaño;
y, perdido al salir de entre la tela,
deja de ser humilde y se rebela
al ver llover su sangre en aquel paño.

* De ajorar, traslado de ganado.

Manuel Mejía Sánchez-Cambronero (Ciudad Real)
Publicado en la revista Aldaba 30

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