El viento desafora la noche y
la enquista
en mi cuerpo.
No puede llevarme. Todavía
no quiero ir.
Soy un mapa de recuerdos donde
envejecen los sueños,
y resisto
preguntándome porqué
resisto.
En algún lugar, en algo,
en alguien,
debe haber una ternura
donde hundir las uñas
para sostenerse.
Noche, hermana,
duéleme menos.
Aligera tu paso en las heridas
piérdeme el rastro.
Lejos
el viento destruye
todo lo que siento.
MIRYAM COLOMBOTTO DE SEIA (Gálvez-Santa Fe-Argentina)
Publicado en Gaceta Virtual 114
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