Ahora cuando todo perdido
siento el descontrol incontenible
de aquellas marejadas retornando
otra vez solo para hundir más y más
al canto náufrago de escalas y pentagramas.
Mientras tanto
el juguete de papel
despiadado, estrujado
ya amurallándose todo,
inútil cortejar al viento.
Han pasado sin cesar, apresurados
tantas caravanas llevando consigo
despojos como astillas filudas
de padecimientos ajenos
y falsas esperas.
Qué explicación de solidez
valedera daremos al brusco
silencio sepultado hasta quedar
afónico de las vocales acentuadas
en plena noche amortajada.
Crepúsculo extinto,
tímida espera después
de las lluvias concluidas
¡qué será! del camino
aún perdido entre sueños.
Orlando Ordóñez Santos.
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