(Soneto)
Clávame tu mirada con tal fiera
(furia quise decir) que hasta tus ojos
se metan en los míos, compañera,
dueña de lo que causa mis antojos.
Mírame tan intenso, amada mía
que me corte el aliento y me deshaga.
Con la luz de tus ojos, la del día
no importa si fulgura o si se apaga.
Mátame con tus ojos, mas te ruego
que me claves un beso con tus labios
furioso como fiera y como fuego.
No escuches de Cordura los resabios
comámonos ahora que no hay "luego"
luego nos perdonamos los agravios.
Ángel Miguel Contreras Pérez
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